Una dieta saludable y variada puede complementarse rutinariamente con dosis profilácticas de hierro para prevenir el agotamiento de las reservas de hierro. La ingesta de hierro durante todo el embarazo debe ser como mínimo 60 mg de hierro elemental por día como suplemento y en caso de deficiencia de hierro o anemia ferropénica, la dosis se incrementa de 100 – 200 mg de hierro por día. Lo ideal es comenzar la suplementación con hierro antes de la concepción, o lo antes posible, para reducir los riesgos de prematuridad y bajo peso al nacer. También es importante tener en cuenta la importancia de otros micronutrientes importantes para el desarrollo fetal, como zinc, cobre, vitamina A y E.3

La alimentación nutritiva y balanceada de combinarse con actividad física para evitar un aumento de peso excesivo, que también es un factor de riesgo para la deficiencia de hierro. Las dietas vegetarianas y veganas pueden requerir alimentos y suplementos adicionales fortificados con hierro para prevenir la posible escasez de ingesta dietética.3

Para mayor información, consulte a su médico.

Fuente:

3. Abu-Ouf NM, Jan MM. The impact of maternal iron deficiency and iron deficiency anemia on child’s health. Saudi Med J. 2015;36(2):146–149.